9.11.09

Cierto Azul, Fernando Contreras Castro


Un niño huérfano de siete años de edad, abandonado en las calles de San José y además ciego, es adoptado y criado por un sexteto de jazz, cuya inolvidable particularidad es que está conformado exclusivamente por gatos –sí, sí: mininos de cuatro patas–, los cuales habitan en los cielos rasos del Mercado Central y deambulan por toda la ciudad. Ya esa sola referencia fabulesca nos da una idea de las libertades alegóricas y de improvisación que se tomará esta nouvelle para encaminar al lector por los mejores momentos del jazz, el blues y otros ritmos de origen afro, sin ocultar, con fino humor, una buena carga de filosofía y otra de crítica social. Lo inverosímil de la convivencia gatuna es sorteada con gracia por la fuerza de un lenguaje poético y un estilete de seda que sabe donde punzar las falacias y corruptelas de una sociedad “perruna” que poco aprecia valores como la libertad, la improvisación, la diferencia, la rebeldía, la amistad o el amor. “La normalidad es una camisa de fuerza que, cuando se ajusta de un lado, se descose del otro”, dice el personaje principal del libro; un típico Cronopio que detesta lo corriente y se desvive por maestros del jazz como Mills, Evans, Sandoval o Gillespie. Fernando Contreras Castro (San José, 1963), alcanzó renombre internacional desde la aparición de su primera novela Única mirando al mar (1993), y aunque dedica gran parte de su jornada a la docencia e investigación en la Universidad de Costa Rica, también se ha dado espacio para publicar otras novelas y relatos como Los peor (1995) y El tibio recinto de la oscuridad (2000), ambos Premio Nacional de Novela Aquileo J. Echeverría en esos años. Además, ha publicado Urbanoscopio (1997), Sonambulario (2005) y Canto de las guerras preventivas (2006). Con Cierto Azul, el autor sigue explorando el mundo de la marginalidad, pero ahora desde un enfoque mágico y surrealista.